Osá Owono Mongó y el elenga de cerdo

Cuentan los mayores que Esasom-Metammesi fue un pueblo de cultivadores de arroz. Por allá, antes de 1968 y después de1979, se seguía plantando arroz en las tierras de Esasom-Metammesi, Nsok-Nzomo, Kie-Ntem, Guinea Ecuatorial. 

El arroz crecía por el suelo fértil como la malanga en los bosques de Bioko. Los misioneros colonizadores, al ver a la gente machacar el arroz en morteros de madera, se conmovieron y los libraron de ese duro calvario con su poder de la caridad; de este modo, gracias a las máquinas que trajeron los misioneros colonos para moler el arroz, durante épocas y años, las familias de Metammesi fueron perdiendo la sabiduría del machacado de arroz.

Metammesi era un próspero pueblo con un campamento militar, un campo de futbol, una casa de cemento en la que se acogió a un líder independentista y varios hombres muy trabajadores. Uno de esos hombres era Osá Owono Mongó, un apuesto negro de piel clara con grandes plantaciones de café, tabaco, atangas, y otros cultivos; además de un gran almacén de banga(1) como el que no tenía ningún hombre de Añisok.

Cuentan los mayores que Osá Owono Mongó era de gran corazón y muy amable con los niños. Siempre quiso tener hijos, pero la suerte huyó de él en su juventud. El desdichado no dudaba en invertir sus bienes y esfuerzos para ayudar a hermanos y a cualquiera que acudiese a él en busca de apoyo económico para sus hijos.
 
Cuando el hombre regresaba de sus faenas con espigas clavadas, las muchachas se ofrecían voluntarias para arrancárselas, pero él nunca permitió tal cosa. Consideraba más práctico darse una ducha con agua hervida.

El forzudo se iba al bosque antes que la ardilla desayunara y volvía tras la puesta del sol sin haber probado trago ni bocado, pero si algún niño de ojos golosos se plantaba ante él en la mesa, tampoco dudaba en compartir la carne del animal salvaje.


Cuentan los mayores que estaba Owono Mongó abriendo mimbres para las correspondientes labores, cuando un vecino vino a informándole que había rodeado a un cerdo enorme en el bosque. Osá no le hizo perder el tiempo y saltó en busca de lanza y machete.

Después de varias horas buscando al animal en la profundidad del bosque, lo encontraron furioso como un toro. Mientras Osá Owono Mongó daba vueltas buscando el momento ideal para clavarle la lanza,  su compañero de caza no hizo más que instarle al ataque con la frase “Osá, bihi”(2). Owono Mongó, bajo presión, saltó la valla de arbustos y no pudo evitar que la bestia puerca arremetiera contra él rompiendo su lanza en dos. El hombre ágil corrió fuera del cerco roto y el animal lo persiguió por el bosque mientras su compañero venía gritando: “¡Osá, bihi; Osá, bihi!"(2).

Cuando Osá notó que la voz de su compañero llevaba muchos minutos ausente, cayó en la cuenta de que había sido abandonado en el bosque con un cerdo diabólico de colmillos afilados. Trepó hasta lo más alto de un árbol contra el que el animal enfurecido embistió durante una hora raspándolo con sus colmillos. 

El árbol empezaba a torcerse y Osá Owono Mongó a encomendar su vida a los antepasados. Justo entonces, el cerdo se cayó redondo al pie del árbol con los colmillos sangrientos. El hombre no perdió el tiempo, se deslizó sigilosamente por el tronco y de un machetazo le abrió el cuello al puerco endiablado. Convencido de que no era suficiente, se apresuró a cortarle las orejas y la cola. Seguro de que con eso, el animal no se transformaría en un ser humano.

Descalzo como siempre, regresó al pueblo con las orejas y la cola del cerdo en la mano como un regalo que se va a entregar a un niño que sigue jugando a los cochecitos de bambú. Al llegar, ahí estaba su compañero de faena en el abaha(3), entre risas, vino de palma y pasta de cacahuete. El hombre se levantó quedándose mudo al ver a Owono Mongó.

“¿Creías que tu elenga(4) puede comerme?". Preguntó el negro de piel clara. “¡Toma! Aquí tienes las orejas y la cola de tu elenga". Dijo arranjándole la cola y las orejas mutiladas del cerdo.

Los hombres del abaha exigieron una explicación que no recibieron hasta que, poco tiempo después, el compañero de Osá Owono Mongó, en su lecho de agonía, confesó que su alma diabólica había sido asesinada.

Glosario:
(1) Banga: Droga. Es una planta.

(2) Osá Bihi: Osá, atrapa.

(3) Abaha: Espacio social en el que se discute y se resuelve problemas en los poblados. También es usado por los hombres mayores para reunirse y pasar el rato. Es como un parlamento-recreativo.

 (4) Elenga: ser sobre natural o demonio que adopta la forma de un animal para servir a un hombre a cambio de vidas humanas.

Comentarios

  1. Interesante has mezclado varios conceptos,costumbres y forma de vivir no sólo de ese pueblo,sino de muchos bantúes

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  2. Jjj! Sí. Metamsi es un pueblo fang de G.E, osea queee, son bantues y os bantúes, como grupo, tienen muchas cosas en común.

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  3. Me ha parecido entretenida tu historia. Y creo que puedes mejorar la narración. Ánimo!!

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  4. ¡Muchas gracias por acompañarme desde el principio! ❤

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