Plan Vidas Rígidas

Todos conocemos a alguien afiliado al plan “Vida Rígida”. Y si creemos que no, quizás nos baste con prestar atención para darnos cuenta de que nosotros mismo estamos suscritos a este plan de vida.

Los afiliados al plan VR son muy fáciles de reconocer: personas de 30 años que empiezan su octava carrera sin otro objetivo que no sea el de conseguir un trabajo, no buscan un máster, un doctorado ni otra cosa que no sea un contrato que les convierta en empleados; parejas con hijos que parecen tener la misma edad; gente que va al trabajo todos los días  a la misma hora y nunca hablan de planes más allá de la agenda semanal o mensual; chicos que traen a una chica recién conocida a casa porque ya encontraron trabajo; jóvenes que aceptan ser madres porque el novio ya dio la cara ante la familia.

A simple vista, parece que los candidatos a la vida rígida son aquellos que no tienen un plan de vida. Quizás no planifiquen ciertas cosas, como el número de hijos o los gastos mensuales, porque son fieles al plan de vida que les trazaron sus tutores:

1. Acabar los estudios lo más pronto posible y sin hijos, amigos, fiestas ni discotecas.
Recuerdo que uno de mis profesores decía que la vida de un estudiante es como estar en una academia militar hasta que acaba los estudios. 

Otro profesor nos decía que el año escolar es como una carrera de corta distancia, si te detienes a admirar el paisaje te caes. Para las vidas rígidas, un estudiante no tiene derecho a quejarse por estrés ni mucho menos a divertirse. Todo eso es perder el tiempo. 

En consecuencia, los jóvenes dejan de pedir permisos porque aprende a escaparse de casa y a preparar chuletas en las vísperas de los exámenes. Sí o sí, el organismo necesita relajarse de vez en cuando; si intentamos prohibirlo de manera tajante, acabamos creando una guerrilla en la que el bando de los indomables siempre buscará la forma de invertir más tiempo en divertirse y descansar que en trabajar.

2. En el caso particular de las chicas, llegar virgen a la universidad si antes no se ha conseguido un pez gordo.

Para las chicas, mientras se estudia, tener novio puede ser causa de independencia absoluta. Si los tutores de una jovencita descubren que esta ya mantiene relaciones sexuales, se espera que traiga dinero a casa, no que lo siga pidiendo. Las familias en las que la niña pide dinero a sus tutores porque ha quedado con un amigo siguen siendo un mito ininteligible. Por lo tanto, es recomendable que la niña no se distraiga con ningún muchacho que no pueda mantenerla y cumplir los caprichos de sus tutores. 

Cuando esas niñas se enamoran, como seres humanos que son, o simplemente deciden tener pareja, los resultados son: embarazos precoces, abortos que acaban con la vida de la madre, abandono escolar, prostitución y otro sin fin de cosas que posiblemente se hubiera evitado con educación sexual y buena comunicación entre ellas y sus tutores.

3. Terminar la carrera y encontrar un “buen” trabajo.

Un afiliado al plan VR no se inscribe a una carrera por pasión ni por otra razón que no sea la nota obtenida en la selectividad o las posibles salidas laborales. Afortunadamente, muchos de los afiliados son excelentes como estudiantes y estudian durante muchos años, porque no siempre los puestos de trabajo son para quienes obtenían buenas notas. Cuando estos jóvenes están a punto de acabar la carrera y se dan cuenta de que no hay muchas posibilidades de empleo, se estremecen. Entonces, les escuchamos decir que el sistema es una mierda, que solo trabajan los que tienen padrinos o que estudiar no ha valido porque al final, como mucho, acabarán siendo los secretarios de los idiotas de la clase.

4. Comprarse un terrero en el que construir una casita con un coche aparcado.

Algo raro del plan VR es que no permite el desarrollo de ambiciones, esto no significa que la envidia y el odio no existan; todo lo contrario, están muy presentes en los corazones de esos jóvenes que lo dan todo y ven cómo triunfa la “suerte” de quienes parecen no mojarse tanto como ellos.

Una vez superados los niveles anteriores. Un hombre de provecho construye la casa de su futura familia y si es posible, se compra un coche para llevar a los hijos a la escuela. No le hace falta una mansión, es consciente de que no es “hijo de tal”. Le bastan unas cuantas cositas: una casita con un pequeño comedor, dos habitaciones, una cocina apretujada, un patio de medio metro cuadrado y cómo no, un cochecito de cuatro rueditas.

Las chicas, que tarde o temprano se mudaran con el novio o marido, pueden limitarse a comprar un terreno en el que, financiadas por su pareja, construirán una casa para sus hijos, hermanos, o algún establecimiento de negocios.

5. Casarse y salir de la casa de los padres.

Si uno ya tiene trabajo y casa, no tiene sentido que siga viviendo con sus padres. Es la hora ideal para asumir el peso del matrimonio y formar su propia familia. De este modo, en pleno siglo XXI, muchas mujeres siguen saliendo de las manos de sus tutores a las manos de su pareja sin que realmente lo hayan deseado así. Quizás sea cultura, quizás sea otra cosa.

6. Tener hijos y educarlos en la misma línea.

Los padres de familia son personas respetables en la sociedad. Nadie les tacharía de fracasados si no piden pan para mantener a sus hijos.  Para que estos hijos no acaben siendo unos fracasados ante los ojos de la sociedad, vale sacrificar sus sentimientos, pasiones y desarrollo personal.

Consideremos que, en el peor de los casos, rechazar el plan VR podría conllevar los siguientes casos:

Si somos unos suertudos, daremos con una ocasión especial que nos regalará una vida de ensueño por pura suerte. Cosa difícil, siendo sinceros con nosotros mismos.

Si somos realistas, seremos flexibles y podremos diferenciar los momentos. Tendremos tiempo para nuestra familia, amigos, pasiones, estudios y trabajos. Quizás no seamos número uno en todas las ocasiones, pero cuando se trate de algo que se nos da bien o entendemos, disfrutaremos dando lo mejor de nosotros. No nos tomaremos todo apecho, podremos recuperarnos de las caídas y acariciar las costras o cicatrices recordando la experiencia con una sonrisa. Seremos libres y felices con nuestras vidas en vez de ser esclavos de la vida.


Si somos distraídos y vagos, podemos sorprendernos con veinticinco años ya sin haber acabado el bachillerato. Bueno, existen otras situaciones o circunstancias que pueden hacerle a uno cumplir los 25 sin haber acabado el bachillerato.
 
La libertad por encima de todo, siempre que no afectemos a terceros ni segundos, pero lo cierto es que, al adherirnos al plan VR el resultado puede ser aún más desastroso: acabar convertidos en seres insensibles que no disfrutan de sus logros ni saben cómo mostrar afecto a su familia; seres incapaces de mirar a sus parejas a la cara cuando hacen el amor o simplemente cogerles de la mano en la calle.
 
Este es el estilo de vida que pretenderemos que tengan otros a pesar de que no somos felices en ella. El que acaban teniendo los niños cuando pretendemos que vayan a clase todos los días y aprueben siempre con notables, pero nunca dedicamos tiempo a inculcarles el deseo de tener sueños realistas que les animen a ir a la escuela. Las vidas rígidas son las que heredan los adolescentes cuando pretendemos que no se embaracen y los llenamos de miedo, nos enfadamos o nos burlamos cuando descubrimos que se han enamorado. Esas mismas vidas son las que perduran en la edad adulta cuando dedicamos ocho horas diarias de nuestra vida a un trabajo que que detestamos.

Es triste que la vida de algunos sea un proceso de ensamblado, todo en su correspondiente momento sin faltas ni fallos. El objetivo último de su existencia es tener un trabajo y sobrevivir, igual que los animales en la jungla. Nada que no produzca dinero de manera directa puede ser prioritario antes de lograr el objetivo último de tener una fuente de ingresos periódica.

Comentarios

  1. Cierto todo lo que has escrito,no estoy de acuerdo con las primeras líneas del tercer apartado,en mi caso la carrera he estudiado la elegí por que me gusta y pensando en las salidas que podía tener a corto y a largo plazo.

    ResponderEliminar
  2. Me ha impactado la manera en la que has analizado nuestra sociedad. Creo que todo cuanto has dicho es cierto pero la VR muchas de las veces es la mejor opcion para personas desastrosas en la sociedad. la VR nos permite tambien librarnos de situaciones de las que podriamos más tarde arrepentirnos.
    Cuando una joven se queda embarazada al conocer al hombre de su vida, despues de haber tenido una VR yo creo que es lo mejor, porque gracias a esta VR ha podido formarse y llegar a formar una familia honradamente.
    Hay sociedades que para crecer antes necaesitan una VR.

    Gracias querida, por este ensayo y espero que sigas enriqueciendo a nuestra sociedad con tus ideas, claro que cuando crea que no me convence te lo diré.

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias por la contribución.

    Quiero resaltar que no estoy en contra de un plan de vida. Pero cuando ya somos exageradamente perfeccionistas y estrictos en todos los aspectos y en todo momento, perdemos el placer de vivir. La única fuente de nuestra falsa felicidad no es lograr las metas de la VR sino ver que otros no son tan buenos como nosotros.
    Depositamos nuestra felicidad en las manos de otros.

    ¡Gracias por la sinceridad!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares